domingo, 27 de enero de 2013

Reescribiendo lo escrito.

Como cuando se hace un trabajo de sociales, o se escribe un argumento: se revisa cien veces, se corrige y se vuelve a corregir para hacer de él un texto perfecto.
Eso mismo pasa con nuestra vida. Como humanos que somos nos equivocamos y hacemos las cosas mal en millones de ocasiones, pero también hemos nacido con la habilidad de saber arreglar lo erróneo y lo que está mal. Como si fuéramos una goma o la tecla ''delete'' del ordenador y en nuestro propio historial borramos aquello que no es correcto o lo tapamos para poner encima la palabra que encaja. Se suele decir que de los errores se aprende, pues es totalmente cierto: cuando a lo largo de nuestra vida nos equivocamos, rectificamos para hacer de ella lo más perfecta posible, siempre reescribiendo lo escrito.

1 comentario:

  1. El reescribir lo escrito no solo permite corregir errores, sino que lo que se escribe por primera vez, seguramente será ya distinto a lo que hubiese sido de no haber cometido el error anterior. Porque los errores generan conocimiento, dan nuevas perspectivas y por tanto nos permiten escrbir nuestra vida en otra dirección.

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